YPF: El oro negro de Argentina.
Introduccion
Faltaban dos meses para que Comodoro Rivadavia, en la
provincia de Chubut, cumpliese siete años de vida. Un grupo de operarios -que
cavaba pozos en busca de agua potable-, encontró, a 500 metros bajo tierra, una
sustancia oscura que salía a borbotones: era petróleo. El 13 de diciembre de
1907 corrió la noticia sobre el descubrimiento del "oro negro".
A partir de 1907 Comodoro Rivadavia se convirtió en un pueblo petrolero dedicado a la extracción del crudo. A medida que la industria crecía y ante cada nuevo pozo descubierto nacían a su alrededor los campamentos petroleros que luego se convirtieron en pueblos y ciudades.
Desde entonces y hasta la actualidad, veremos como el caso argentino, las palabras del ingeniero civil Luis Huergo “la idea de que solo la intervención directa del Estado puede oponerse a la acción depredadora de las grandes multinacionales y asegurar una explotación racional con una justa distribución de la renta, se extendieron a lo largo del tiempo y reaparecieron en la región en forma recurrente” tiene mucha importancia en la historia de la petrolera, porque se hizo evidente que YPF es muestra del complejo entramado entre sociedad civil, Estado y producción de la actividad económica nacional.
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Contexto Histórico
En 1922, fue creada la empresa Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF) bajo la administración del gobierno de Hipólito
Yrigoyen. El 16 de octubre de ese mismo año, durante la ahora presidencia de
Marcelo T. de Alvear, el militar e ingeniero civil, General Enrique Mosconi,
fue nombrado director general de YPF, cargo que ocuparía durante ocho años,
dedicando grandes esfuerzos para incrementar lo que llamaba “nacionalismo
petrolero” y donde consideraba que el Estado como unidad de criterios y
principios tenia la tarea de regularizar su utilización, controlar el mercado y
evitar la organización de entidades poderosas que puedan perjudicar el
desarrollo productivo de esta inapreciable riqueza pública, caracterizada como
una fuerza de soberanía nacional.
Desde entonces, YPF fue el principal activo
estratégico y económicamente viable del Estado argentino entre los años 1922 y
1992, logrando expandir la oferta y producción de energía en todas sus formas:
combustibles derivados del crudo, gas natural y electricidad, diversificando el
suministro eléctrico y permitiendo una configuración de la estructura
socio-económica del país basada en la industrialización para sustituir
importaciones (modelo ISI) de productos de consumo masivo en industrias clave
como el acero, la petroquímica, el sector automotriz, aeronáutico y naval y el
avance científico-tecnológico en el sector nuclear.
Después de la década infame, asumió Juan Domingo Perón
en 1946, encontrándose con una YPF con mucha debilidad institucional. Perón
planteaba continuar con la visión de Mosconi con una política desarrollista y
nacionalista para YPF donde se valoraba que las empresas estatales
contribuyeran al nacimiento de localidades, colaborando en la infraestructura
para la creación de hospitales, escuelas, viviendas etc.
Sin embargo, cuando comenzó el segundo mandato de
Perón en 1952, Argentina se encontraba en una aguda crisis energética: YPF
estaba muy lejos de autoabastecer de combustible al país y, en consecuencia,
importaba un 60%, lo que generó en 1954 la primera crisis en la balanza de
pagos.
Pese a su postura inicial, se volvió más pragmático
hacia el final de su gobierno en 1955, Perón buscó la ayuda de capitales
extranjeros para incrementar la producción ya que consideraba que YPF no tenía
la capacidad técnica ni financiera para emplear nuevos métodos de producción,
entonces firma un contrato con la empresa estadounidense Standard Oil de
California para explorar petróleo. Este contrato se frustró por la oposición de
diversos sectores, incluso dentro de su propio partido y luego, por el propio
derrocamiento de Perón.
En ese marco, durante el gobierno desarrollista de
Arturo Frondizi (1958-1962), YPF seguía siendo una empresa petrolera incapaz de
generar el autoabastecimiento de petróleo, un objetivo que Frondizi al igual
que Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, quería alcanzar. Frondizi reconoció
que YPF no era capaz de lograr el autoabastecimiento y que para lograrlo, sería
necesario la ayuda del capital extranjero. Sin dejar de apoyar el monopolio
estatal, inició un programa de inversiones privadas para extraer crudo y así
llegar al autoabastecimiento, lográndolo durante el transcurso de su gestión.
En la presidencia de Arturo Illia (1963-1966) varios
de los trece contratos petroleros firmados durante la administración de
Frondizi fueron anulados por ser acusados de “perjudiciales para la Nación” y
“lesivos” y el país retorna al desabastecimiento.
En las gestiones de los siguientes gobiernos militares
y civiles no hubo muchos cambios en la política petrolera y la producción fue
en aumento. No obstante, durante la última dictadura militar (1976- 83),
predominó el desmantelamiento de YPF a fin de garantizar el costoso
endeudamiento externo. Una empresa exhausta, pero todavía potencialmente
pródiga quedó, durante este período, subsumida en una gran crisis financiera.
Durante el gobierno de Raúl Alfonsín las reservas de petróleo descendieron,
aunque hubo un pequeño incremento en la producción.
En la década del 90’ durante el gobierno de Carlos
Menem, se vivió un contexto de avance de políticas liberales dentro del país
que incluía a las empresas de entidad estatal y abrió una instancia de
desnacionalización de los recursos económicos y energéticos estratégicos del
país.
Una primera etapa de reformas se llevó a cabo entre
los años 1989 y 1992, en donde la principal modificación fue el cambio de tipo
societario de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (que era una Sociedad del
Estado) para convertirse en una Sociedad Anónima (YPF S.A.) y transfiriendo los
yacimientos de hidrocarburos del Estado Nacional a las provincias. Asimismo, se
vendieron acciones de la empresa al capital privado, quedando el Estado, para
el año 1993, con tan solo el 20% de las acciones y la acción de oro, y un 12%
los estados provinciales. El sector privado era ahora propietario del 46% del
accionariado, compuesto por bancos y fondos de inversión de diversos países
europeos y de América Latina.
En una segunda etapa, para el año 1998, el sector
privado ya contaba con casi el 75% de las acciones, mientras que el Estado
mantenía su acción de oro. Finalmente, este período culmina en 1999 con la
privatización, al venderse el último 24% de acciones estatales y provinciales a
la española Repsol por un valor de 9.000 millones de dólares, pasando a
denominarse la empresa como Repsol YPF. Repsol compró en el mismo año otro 73%
de acciones que pertenecían al sector privado.
Para el año 2000, la empresa empleaba a 5500 personas
y ganaba 500 millones de dólares por año y poseía el 46% del mercado de
combustibles. Sin embargo, la petrolera española Repsol sobreexplotó los
yacimientos, pero no se exploraron nuevos.
En diciembre de 2007, el Grupo Petersen, conglomerado
argentino de empresas al mando de Enrique Eskenazi, compró el 14,9% de YPF
S.A., pasando al año siguiente a tener un 15,46%. El 4 de mayo del 2011 aumentó
su participación accionaria en la compañía en un 10%. Para el 31 de diciembre
de 2011 el Grupo Petersen poseía el 25,46% de YPF, la compañía Repsol el
57,43%, el 17,09% restante estaba en manos de inversores privados, flotando en
bolsa, y un 0,02% en poder del Estado argentino, que conservaba la acción de
oro.
El 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner envió un proyecto de ley al Congreso Nacional denominado
«De la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina» para expropiar las
acciones de YPF, equivalentes al 51% de su capital social. A su vez, a través
de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), dispuso la intervención de la
empresa Repsol YPF y declaró de interés público nacional la exploración de
hidrocarburos, para lograr el autoabastecimiento. La caída de reservas de petróleo
en la gestión de Repsol fue el principal motivo para expropiar. Desde la
adquisición en 1998 hasta 2011, esa caída fue del 54% en petróleo y del 97% en
gas. Del 51% expropiado, un 24.99% se destina a las provincias petroleras y un
26.03% al Estado nacional.
Asimismo, la presidenta consideraba que la matriz
energética argentina es extremadamente dependiente de los hidrocarburos y la
producción de petróleo y gas cayendo cada vez más, lo que provocó un
desabastecimiento y una creciente dependencia a las importaciones que es una
amenaza para la sustentabilidad macroeconómica del país. Inclusive el
viceministro de economía Axel Kicillof se refiero a la expropiación como
necesaria porque de no hacerlo sería una “hecatombe”, ya que los recursos
estratégicos son buenos negocios para los privados, pero no para las
necesidades de Argentina.
Pero durante la presidencia de Mauricio Macri sus
planes de crecimiento productivo se estancaban ya que el presidente consideraba
a YPF como una de las empresas estatales que se debían privatizar, Patricia
Bullrich apoyo su idea diciendo que es un “gastadero de plata”. La política
energética de Cambiemos se diferenció del Kirchnerismo y lejos de priorizar las
potencialidades de la empresa, se basó en otorgar concesiones a firmas privadas
que excluían en la práctica a YPF y dejar de invertir en el sostenimiento de
producción.
Por ultimo, en las 2 gobiernos subsiguientes se continuo con la misma linea de produccion, en el caso de Alberto Fernandez se noto un incremento en produccion post pandemia pero con el dificit financiero de siempre, en cambio, Javier Milei tiene la idea de privatizar nuevamente la empresa, encontrandose con inconvenientes politicos, sociales y economicos.
Desarrollo
YPF fue la primera petrolera estatal integrada
verticalmente en todo el mundo, significando esto que la empresa abarcaba casi
la totalidad de los eslabones del circuito productivo del petróleo: extracción,
refinación y comercialización.
Asimismo, podemos decir que es la mayor empresa de
sector petrolero de nuestro país su desempeño a lo largo de estos últimos años
demostró que los intereses de capitales privados han sido distinto a los de la
República Argentina, quedando en evidencia que proceder de la empresa estaba
guiado por una lógica cortoplacista y no de mediano a largo plazo, acarreando
la especulación sobre la soberanía energética ya que produjo el vaciamiento
progresivo de la empresa, lo cual repercutió negativamente en la producción y
en el nivel de reservas. El Estado por su parte trato de incentivar al sector
aun cuando mostraba tendencia decreciente y logrando mejor los índices de
producción, por lo tanto, resulta central que el Estado tenga la capacidad y
potestad de controlar efectivamente la actividad del sector.
Dicho esto, podemos explicar como y donde se lleva a
cabo la producción de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
Por un lado, según “como”, que se lo caracteriza en primer lugar, por el tipo de pozo que es: Convencional o no convencional. De acuerdo a su tipología se sabrá dónde están ubicados y cuál será su método de extracción ya que el convencional es un yacimiento que se puede llegar cerca de 1500 metros y los pozos con recursos no convencionales tienen alrededor de 3000 y se debe utilizar el método fracking y navegar la roca en forma horizontal para lograr mayor contacto entre el pozo y el reservorio. Además, se debe tener en cuenta que mientras más deteriorado un yacimiento más inversión se necesitara.
Upstream: Es la exploración del terrero, prepararlo para la perforación mediante la construcción ciudades que abastecerán al capital humano que trabaje en ella. También, es la etapa de explotación llevado a cabo por maquinas competentes como, por ejemplo, torres, tubos de perforación, tanques y bombas.
"En el mismo campo petrolífero se separa el petróleo crudo del gas natural que este mezclado."
2- Downstream: Es la refinación de petróleo crudo,
tratamiento del gas, transporte, distribución y comercialización de los
productos derivados. Existen diferentes formas de distribuir los hidrocarburos.
o
Oleoductos de trasporte de petróleo: Puerto
Hernández (Neuquén) y Luján de Cuyo (580 km), y Puerto Rosales (Punta Alta –
Buenos Aires) y La Plata (700 km), junto con buques de transporte contratados.
o
Gaseoductos de trasporte de petróleo: La
plata- General Belgrano y General Belgrano-Dock sur.
o
Puerto de Carga: recepción
(habitualmente por muelle), almacenamiento y despacho (por muelle o por
camión), en un amplio espectro geográfico que cubre las principales hidrovías
del país (ríos Paraná y Uruguay) y toda la costa del litoral marítimo
argentino. La compañía dispone de 10 instalaciones: Formosa, Barranqueras,
Concepción del Uruguay, San Lorenzo, Dock Sud, La Plata, Mar del Plata,
Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado, Río Gallegos y Ushuaia (Orión). La
capacidad total de almacenamiento supera los 200 mil m3.
o
Refinerías: posee tres refinerías propias
con las cuales concentra el 52% de la capacidad instalada (Refinería La Plata
55.4%, Refinería Luján de Cuyo 37% y Refinería de Plaza Huincul 1,8)
Las refinerías se encargan de destilar el petróleo y
transformarlo en los diferentes productos que se utilizan para que lleguen a
nuestras manos, por ejemplo, algunos de los derivados que se obtienen
en las torres de destilación son: residuos sólidos, aceites y lubricantes,
gasóleo y fueloil, queroseno, naftas, gasolinas, disolventes, GLP (Gases
licuados del petróleo).
Por otro lado, según “donde” se encuentras los
yacimientos y pozos petrolíferos de recursos no convencionales. Se les puede
categorizar en 5 grandes zonas.
La cuenca noroeste: Que produce conforme a los datos
actuales un 3% en gas y 1% en petróleo. En el pasado previo a su expropiación
el gobierno de Salta reclamo el incumplimiento de concesiones para el
yacimiento Tartagal Oeste, hoy en dia los pozos de Tartagal, Madrejones y Campo
Durán se han estancado y Caimancito (Jujuy) está en vías de extinción.
Representa algo más del 2% de la producción nacional de los últimos tres años.
La cuenca Cuyana: Produce 0% gas y 3% de petróleo. Principalmente
en Barrancas y La Ventana pues el distrito inicial, Tupungato, está casi
agotado. Aporta cerca del 6% del total extraído en el país. Sumando los
yacimientos de Malargüe (Cuenca Neuquina), antes podemos decir que dispuso la
caducidad de las concesiones de las áreas Ceferino y cerro molar norte,
ubicadas en los departamentos de Rivadavia y Malargüe, de 500 y 1.000 hectáreas
respectivamente, por haberse acreditado el incumplimiento sustancial e
injustificado de las obligaciones estipuladas en materia de productividad,
inversiones y trabajos.
La cuenca Neuquina: Produce 68% gas y 58% de petroleo. El 53% de
la producción nacional se reparte entre Plaza Huincul (Neuquén) y en otra zona
más al norte, que llega a Catriel (Río Negro) y Medanito (La Pampa), antes de
la expropiación revirtió las concesiones en las áreas "Chihuido de la
Salina" y "Portezuelo Minas", también concesionadas a YPF S.A.,
tras dar por acreditado el incumplimiento por parte de la empresa de las
obligaciones correspondientes a tales concesiones. Hoy en día con Vaca Muerta
el pozo de Loma campana más exitoso de YPF junto al orejano y Aguada de la
arena.
La cuenca del Golfo San Jorge: Produce 8% de gas 35%
de petróleo. Se extiende alrededor de Comodoro Rivadavia (Chubut) y comprende
Pico Truncado y Cañadón Seco, en el norte de la provincia de Santa Cruz. Es
otra de las cuencas principales, que produce el 43% del total extraído en el
país. Provincia por provincia, Chubut y Santa Cruz ocupan el segundo y tercer
puesto, proveyendo el 21% y 12% del total de la producción nacional de
hidrocarburos, respectivamente antes de la expropiación áreas "EL
TREBOL-ESCALANTE" y "CAÑADON PERDIDO - CAMPAMENTO CENTRAL - BELLA
VISTA ESTE" en Chubut declaro la caducidad de contratos tras considerar
que la empresa no cumplió con las inversiones a su cargo comprometidas en el
sector. Al igual que Santa Cruz también dio de baja la concesión de las áreas
CAÑADÓN VASCO y PICO TRUNCADO-EL CORDÓN por incumplir planes de inversión hacia
el sector.
La cuenca Austral: Situada a ambas márgenes del
estrecho de Magallanes. Comprende El Cóndor y Cerro Redondo, en Santa Cruz, y
la Bahía de San Sebastián, en Tierra del Fuego (y probablemente las
inmediaciones de las Islas Malvinas). Aporta otro 6% a la producción nacional de
hidrocarburos. Se aboca más a la extracción de petróleo Offshore.
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